Los Hijos de la Libertad (The Sons of Liberty) fueron una sociedad secreta clandestina establecida debido a los eventos sociales y políticos de la Guerra Franco-India (French and Indian War). La guerra fue solo una parte de un conflicto más grande llamado la Guerra de los Siete Años, una guerra que muchos historiadores consideran “la primera guerra mundial”. La Guerra Franco-India casi llevó al Imperio Británico a la quiebra debido al aumento del gasto necesario para mantener un conflicto internacional. Debido a esto, los británicos aumentaron los impuestos y apostaron soldados en las colonias para proteger los territorios del Imperio. Los británicos necesitaban dinero y bienes para su imperio y para conseguir ambos, recurrieron a las colonias. Sin embargo, los Hijos de la Libertad se propusieron evitar que el Imperio recibiera ni dinero ni bienes.
El Parlamento Británico argumentó que la lucha en Norteamérica contra los franceses fue para proteger a los colonos y sus intereses. Por lo tanto, ellos deberían pagar su parte en impuestos para ayudar a pagar la deuda de guerra, además del estacionamiento de soldados británicos en los territorios recién adquiridos. La solución fue alojar a la fuerza a los soldados con los colonos a través de la Ley de Acuartelamiento (Quartering Act). Este acuartelamiento también incrementó los fondos necesarios para mantener la vida de miles de soldados británicos, que los colonos debían alimentar con su propio dinero. El primero de los muchos impuestos al pueblo estadounidense fue la Ley de Azúcar (Sugar Act), que gravaba el transporte y la venta de azúcar sin refinar, melaza y ron en todas las colonias. El contrabando ayudó a evadir este impuesto, pero solo parcialmente.
Además del aumento de los impuestos a las colonias combinado con las dificultades financieras de los colonos debido al acuartelamiento forzado de los soldados británicos, colmó la paciencia de los colonos una vez que el Parlamento Británico aprobó la Ley del Sello (Stamp Act). La ley exigía un impuesto adicional por un sello en todos los documentos o productos de papel; esto incluía desde escrituras y otros documentos legales, hasta periódicos e incluso naipes. Debido a que los británicos encontraron la manera de cobrar impuestos en casi todos los aspectos de la vida colonial, los Hijos de la Libertad instigaron disturbios por todo Boston, Massachusetts.

Una vez que la Ley del Sello fue aprobada, un grupo secreto llamado los Nueve Leales (Loyal Nine), el precursor de los Hijos de la Libertad reunió multitudes alrededor del famoso Árbol de la Libertad en Boston. La multitud, enfurecida por la Ley del Sello y provocada por los Nueve Leales, comenzó a disturbar las calles de Boston. Estos disturbios tuvieron como blanco los bienes gravables y a los recaudadores de impuestos, lo que resultó en que muchos funcionarios coloniales corrieron el riesgo de ser cubiertos con alquitrán y plumas o incluso de morir. Los colonos también destruyeron una cantidad incalculable de propiedad. En un caso, los alborotadores de Boston asaltaron la casa del teniente gobernador Thomas Hutchinson y robaron una cantidad estimada de £250,000 en sus posesiones. Los Nueve Leales, quienes empezaron las protestas, recurrieron a la publicación de ideas patrióticas en el Boston Gazette. Finalmente, los Nueve Leales comenzaron a firmar su disenso político como “Los Hijos de la Libertad”, estableciendo así un grupo de resistencia mucho más grande. Lo que originalmente fue organizado en Boston por un cervecero local convertido en político, Samuel Adams, rápidamente se convirtió en la red de resistencia más grande de las colonias contra los británicos. Con la coordinación de varios capítulos de los Hijos de la Libertad, la Ley del Sello fue derogada dentro de un año de su promulgación. Sin embargo, esta victoria tuvo un precio. El Parlamento Británico aprobó la Ley Declaratoria (Declaratory Act) cuando derogaron la Ley de Sello. La Ley Declaratoria fue más una amenaza formal que legislación, ya que establecía que el Rey y el Parlamento Británico tenían el poder de promulgar cualquier legislación sobre las colonias. Esta Ley sirvió para reforzar la idea de los Hijos de la Libertad de “No hay impuestos sin representación” (“No Taxation Without Representation,”), escrita por James Otis Jr., un miembro de los Hijos de la Libertad.
A pesar de los sentimientos revolucionarios de las colonias, Gran Bretaña todavía estaba endeudada y necesitaba dinero. El Parlamento Británico, en un acto de desesperación, aprobó la Leyes de Townshend (Townshend Acts), que aumentaron los impuestos y aranceles sobre numerosos productos provenientes de Gran Bretaña como el plomo, la pintura, el papel, la tinta, la porcelana, el vidrio y el té. Además, la Ley funcionó como una orden de registro general, lo que permitía a los soldados británicos entrar en la casa de cualquier colono para encontrar y confiscar bienes de contrabando. Mientras tanto, los Hijos de la Libertad recurrieron al contrabando de bienes más baratos para evitar los impuestos británicos. Eventualmente, John Hancock, miembro de los Hijos de la Libertad y contrabandista de té, fue capturado y llevado a juicio por los británicos. Hancock recurrió a un miembro de los Hijos de la Libertad, primo de Samuel Adams y prominente abogado, John Adams. Adams defendió a Hancock, pero el contrabando se había vuelto una operación con mucho riesgo. Bajo la dirección de los Hijos de la Libertad, los colonos organizaron un boicot a todos los bienes británicos que se vendían en las colonias. Liderado por Samuel Adams y otros miembros de los Hijos de la Libertad, el boicot se extendió por todo Boston y sus alrededores en Massachusetts. Cualquiera que se atreviera a vender productos británicos se arriesgaba a que su tienda fuera vandalizada o algo peor. Incluso su seguridad física corría peligro, ya que los Hijos de la Libertad recurrieron a la violencia para amenazar a las personas que no cumplían con el boicot. Como resultado del descontento en Boston, el teniente General Thomas Gage, el comandante británico de Norteamérica fue enviado a Boston para controlar a los colonos y a los Hijos de la Libertad. Sin embargo, la misión británica de pacificación fracasó la noche del 5 de marzo de 1770, cuando ocho soldados británicos que custodiaban la Casa de Aduanas en Boston le dispararon a un grupo de colonos. Cuando el humo se disipó, cinco colonos murieron y seis resultaron heridos. Nadie, ni siquiera los soldados británicos, pudo recordar cómo comenzaron los disparos. No se dio la orden de disparar. Sin embargo, un orfebre, grabador local de Boston y miembro de los Hijos de la Libertad, Paul Revere, utilizó esta masacre como propaganda para avivar los sentimientos separatistas y un sentimiento generalizado antibritánico en todas las colonias. La noticia de la masacre se extendió por todas las colonias con el grabado adjunto que representaba la “completa brutalidad” y “barbaridad” del Ejército Británico.

Debido al éxito de los Hijos de la Libertad, el Parlamento Británico suavizó muchos de los impuestos en las colonias. Sin embargo, el Parlamento mantuvo el alto impuesto sobre el té, ya que la Corona británica aun necesitaba dinero. Para empeorar las cosas, la Compañía Británica de las Indias Orientales estaba a punto de quebrar. La Compañía Británica de las Indias Orientales, esencialmente una extensión del gobierno británico era una compañía comercial imperial que transportaba té de Asia para ser consumido en los mercados occidentales. Sin embargo, en lugar de tener un propietario civil privado (como un director ejecutivo, o CEO) de la Compañía de las Indias Orientales, esta pasaría a ser propiedad del Parlamento y el Rey Británico. Mediante la Ley del Té (Tea Act), el Gobierno Británico estaba obligando a los colonos a pagar impuestos altos sobre el té británico, mientras que los importadores de té británicos no pagaban impuestos ni aranceles de importación. Estas acciones crearon un monopolio para la Compañía Británica de las Indias Orientales en el mercado colonial del té, perjudicando a los comerciantes locales y a otros importadores de té extranjeros.
En 1773, la oposición de los colonos a pagar el té británico fue ignorada y los barcos mercantes de la Compañía de las Indias Orientales entraron en el puerto de Boston para vender el té. En la noche del 16 de diciembre de 1773, los Hijos de la Libertad abordaron los barcos mercantes atracados en Griffin’s Wharf y arrojaron los cargamentos de té por la borda en un evento conocido como el Motín de Té de Boston (Boston Tea Party). Miembros de los Hijos de la Libertad se aliaron con comerciantes de té patriotas locales, contrabandistas de té holandés y cualquier colono enfurecido por los impuestos sin representación. Para simbolizar que se identificaban más con sus raíces americanas que como súbditos británicos, usaron ropas tradicionales de nativo americanos. Después de tres horas, más de 342 cofres de té fueron lanzados al océano. La destrucción de las importaciones de té le costó el Imperio Británico el equivalente a más de $1,700,000 en valor actual.

En represalia, el Gobierno Británico aprobó las Leyes Coercitivas (Coercive Acts), que fueron llamadas las Leyes Intolerables (Intolerable Acts) en las colonias. Estas leyes cubrieron cuatro puntos principales. La Ley cerró el Puerto de Boston, suspendió los juicios con jurado, prohibió las elecciones y la reunión de la asamblea estatal, y forzó el acuartelamiento de soldados británicos en edificios y hogares privados. Estas Leyes castigaron a los Hijos de la Libertad de Boston y a la colonia de Massachusetts, pero también inspiraron ideales cada vez más revolucionarios y separatistas. La resistencia impulsó a otros capítulos de los Hijos de la Libertad a rebelarse a su manera. Por ejemplo, el capítulo de Maryland de los Hijos de la Libertad quemó el barco mercante “Peggy Stewart” porque importaba té británico.
Finalmente, la resistencia patriótica al dominio británico se volvió demasiado inmanejable y la revolución y la guerra de independencia fueron inevitables. Cuando los legisladores de Virginia se reunieron en 1775 para discutir las negociaciones con el Rey Británico, Patrick Henry, un miembro de los Hijos de la Libertad, exclamó a la Segunda Convención de Virginia: "¡Dadme la libertad o dadme la muerte!" (“Give me liberty or give me death!”). Así comenzó la guerra de independencia estadounidense contra el Imperio Británico.